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Juan Fernández Lacomba, «Carrizos en rojo», 2009

Conocí personalmente a Juan Fernández Lacomba (Sevilla, 1954) en el verano de 2003. Debo decir que, al margen de una gran amistad, me une la gratitud por todo lo que aprendí -y sigo aprendiendo- de su mirada, de su pintura, de su conocimiento. Este geógrafo que escribe, adscrito a la perspectiva analítica y académica propia de los conocimientos universitarios, escrutaba el paisaje como un objeto científico y tenía en la geografía urbana y la arquitectura su centro de interés. Con Lacomba descubrí dos cosas: el lenguaje de la pintura y el valor de la mirada hacia el paisaje, este último revelado ahora desde perspectivas culturales muy enriquecedoras.

Precisamente el paisaje de las marismas y pinares de Doñana ha centrado la atención de Lacomba en las últimas décadas, constituyendo el eje central de exposiciones recientes. Es el caso de la que actualmente pueden ver hasta el 30 de agosto de 2020 en el CAC Málaga, titulada Aquí a lo lejos, o las celebradas hasta hace poco en Huelva y Sevilla, que han llevado por título Al raso. Pintura de la marisma (1994-2014) y SILVA AMICA: pinturas de Doñana.

Exposición de Juan F. Lacomba en el CAC Málaga

La obra que traemos a este post bien hubiera podido formar parte de estas exposiciones. Fue adquirida por este que escribe, un regalo destinado a una persona especial, que lo conserva en su colección particular. El cuadro de Lacomba del que hablo lleva por nombre Carrizos en rojo y pertenece a un conjunto de pinturas que continúa la serie dedicada por el pintor a los cañaverales, con obras referidas a una posición de observación y emboscamiento en este espeso y sugerente paisaje.

Siguiendo las palabras del autor, esta pintura actúa como una superficie con ritmos de escritura, un diálogo entre lo formal y lo orgánico. Es la posición que Lacomba impone al espectador, el cual se encuentra agazapado en las juncias. La marisma, con sus lindes, lagunas y orillas, cobija juncos y carrizos verticales, los cuales, trasladados al plano pictórico, refuerzan una estructura entramada de carácter flexible y aleatorio, que rompe -a la vez que refuerza- los valores abstractos de planitud del lenguaje pictórico. Así, los horizontes, entrevistos y superpuestos, se intuyen y vislumbran confundidos con los posibles planos acuáticos.

El tono rojo perimetral y los trazos de los tallos descarnados y curvos suscitan fragilidad, transitoriedad estacional y un efímero descarnamiento; todo ello con cierto contenido a la vez irónico, vulnerable y azaroso, que lo acerca -con cierta elegancia canónica- en sus acotaciones, inflexiones y ritmos. Se trata de una cálida y espectral partitura, de opaca vibración sonora. En definitiva, una composición un tanto aurada que, siguiendo siempre las palabras de Lacomba, enfatiza el hueco central por donde penetra la mirada, actuando a modo de una discreta vanitas zen encontrada por el autor entre los elementos, en este caso efímeros y transitorios del medio natural.

Juan Fernández Lacomba, Carrizos en rojo, 2009

Otros enlaces de interés sobre Juan Fernández Lacomba:

WEB con la obra de Juan Fernández Lacomba

Publicación Pintura de Paisaje y «plein-air» en Andalucía. 1800-1936. Tesis Doctoral

Biografía J.F.L.

Publicaciones J.F.L. (Dialnet)

Cartel taurino de 2015 (El País)

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