Corría el año 1837 cuando David Roberts, viajero romántico de origen escocés y del que ya hablamos con motivo del castillo de Alcalá de Guadaíra, retrató la Real Plaza de Toros de Sevilla -propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla- en un grabado que propagó la silueta de un coso sevillano aún inacabado sobrevolado por la Giralda.
Este edificio señero de la capital de Andalucía tiene categoría de Bien de Interés Cultural y es el tercer monumento más visitado de Sevilla, después de la Catedral y el Alcázar. Comenzó su construcción en 1760, finalizándose el cerramiento en 1881, por lo que la imagen que pudo ver David Roberts en la década de los años 30 del siglo XIX es la que muestra este grabado clásicamente romántico. Un primer plano con los protagonistas de la escena; un segundo plano con las galerías monumentales de la Real Maestranza; y un telón de fondo dominado por la Catedral de Sevilla y la Giralda.
David Roberts, Corrida de toros en Sevilla, litografía de 1837 (gentileza Grabados Laurence Shand)