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Toledo en el «Civitates Orbis Terrarum» (Joris Hoefnagel, ed. 1598)

Esta sección relativa a las vistas urbanas tiene como objetivo mostrar la belleza y el interés geográfico-histórico que poseen las vistas de ciudades, un recorrido por la fabricación de la imagen de muchas urbes desde el siglo XV al XX. Desde las xilografías a los grabados, desde la pintura a la fotografía, desde el cine a la cartelería, intentaremos dibujar la imagen proyectada de las ciudades más importantes del mundo.

Nos detendremos especialmente en la obra titulada Civitates Orbis Terrarum, el primer atlas ordenado de ciudades -un Google Maps del siglo XVI-, un ambicioso proyecto editorial concebido como un trabajo complementario del atlas de Abraham Ortelius, este último conocido como Theatrum Orbis Terrarum y editado por primera vez en 1570. Este catálogo de imágenes urbanas fue la más completa colección de vistas panorámicas y planos de ciudades publicada durante la Edad Moderna, una obra que se editó en seis volúmenes, aparecidos sucesivamente en los años 1572, 1575, 1581, 1588, 1598 y 1617, siendo reeditada en numerosas ocasiones y en varios países.

El principal impulsor de la obra fue Georg Braun (1541-1622), canónigo de la Catedral de Colonia, que coordinó a un nutrido equipo de informantes, dibujantes y colaboradores, los cuales realizaron un intenso trabajo de campo. Los dibujos originales fueron ejecutados por varios autores, entre los que cabe destacar a Joris Hoefnagel -artista flamenco que recorrió numerosos países para componer sus vistas y que tendrá un post específico en este blog-, siendo Franz Hogenberg el grabador encargado de realizar la mayor parte de las planchas para la estampación. Los textos que acompañan a las imágenes -escritos en diversos idiomas, especialmente en latín- fueron en gran medida redactados por el propio Braun, siendo de carácter descriptivo y refiriendo a la historia, geografía y a los aspectos sociales y económicos de cada ciudad.

Texto relativo a la descripción de las ciudades de Toledo y Valladolid, editado en el primer volumen del Civitates Orbis Terrarum (1572)

Las ciudades representadas suelen aparecer en su contexto y entorno geográfico, unas veces en plano, otras con alzados, aunque la mayoría se realizó con perspectiva tipo vista de pájaro. Se destacan aquellos aspectos que otorgan una imagen de prosperidad y buen gobierno en las ciudades, como los puertos, las murallas y ciudadelas, un ordenado y claro trazado de las calles, al margen de aquellos edificios más representativos, siempre descollando sobre el caserío urbano. Se trata, en definitiva, de «fabricar» la mejor imagen de la ciudad en cuestión, combinando en este caso los apuntes realizados desde los miradores más cualificados con los recursos pictóricos que permitan destacar el mensaje deseado.

Suelen incluir escenas y personajes que se muestran en primer término para ilustrar aspectos muy diversos de la vida cotidiana y económica de la población representada: actividades portuarias, embarcaciones, labores agrícolas y ganaderas, detalles topográficos, costumbres, tipos e indumentarias, todo ello con la intención de dar a conocer la importancia política y comercial de cada ciudad.

Las ciudades en el Civitates Orbis Terrarum suelen presentarse en su contexto geográfico, muchas veces con imágenes animadas por personajes, como es el caso de Toledo y Valladolid (ed. de 1572)

En el caso de la primera estampa que traigo en esta sección del blog, relativa a la Imperial Toledo, la ciudad se muestra con su clásica imagen enmarcada por una orla o cartela elaborada y adornada con los símbolos regio y obispal, que se remata en su parte superior por un castillo y un león, símbolos de estos dos reinos hispanos. En la parte inferior, de forma simétrica y equilibrada, destacan dos edificios, símbolos de ambos poderes en la ciudad: la Catedral gótica, nombrada como Templum Archiepilcopat Toletani, y el Alcázar, identificado como Palatium Regium Toletanum. Respecto a este último edificio, llama la atención el deseo de los editores de representar las obras renacentistas de Alonso de Cobarrubias, con la intención de transmitir una idea moderna de las posesiones de Felipe II y superar así la imagen medieval de la vieja fortaleza, que con este aspecto aparece en la anterior vista de la ciudad, editada en 1572 junto a Valladolid -pueden observar este detalle en la imagen de arriba-.

Toledo se presenta en esta vista tal como debe ser contemplada, desde los miradores situados en la margen opuesta del río Tajo, tal como la vio Joris Hoefnagel, El Greco o los miles de turistas que visitan la capital de Castilla-La Mancha, coronando la colina que permite a la ciudad ver y ser vista como pocas urbes del mundo. La escenografía gravita desde la mole del Alcázar, monumento situado a nuestra derecha, hasta los artificios góticos del monasterio de San Juan de los Reyes, situado a nuestra izquierda, todo ello con el marcado protagonismo de la Catedral Primada, cuya torre centra la composición.

Imperial. Primada. Capital visigoda. Tres Culturas. Mágica. Magna. Orgullo de España. Patrimonio de la Humanidad. Estos calificativos no hacen justicia a la grandeza de la ciudad. Toledo es eterna…

Vista de Toledo (55 x 74 cm) presente en el Civitates Orbis Terrarum, vol. V, lám. 15, con dibujo de Joris Hoefnagel y grabado de Franz Hogenberg, publicación editada en Colonia en 1598 por Georg Braun

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