Tanto en el primer día del equinoccio de primavera, en torno al 20 ó 21 de marzo, como en el de otoño, sobre el 22 ó 23 de septiembre, el sol al amanecer ilumina las estancias interiores del Dolmen de Viera, uno de los tres monumentos megalíticos que componen el Sitio de los Dólmenes de Antequera, declarado en su conjunto Patrimonio Mundial por Unesco. Se trata, por tanto, de un dolmen que posee sentido astronómico, frente a los otros dos del complejo antequerano -Menga o Romeral-, que presentan orientaciones topográficas -de la Arqueoastronomía de este complejo sistema hablaremos largo y tendido en otro post-.
Construido aproximadamente hace 4.500 años, fue descubierto en febrero de 1903 por los hermanos José Viera Fuentes y Antonio Vera -aunque ya había noticias del dolmen desde el siglo XVI-, ambos funcionarios del Ayuntamiento de Antequera. Lo llamaron al principio «cueva chica», al contraponerse a las enormes dimensiones del Dolmen de Menga; ya más adelante se llamará como lo conocemos hoy en honor a los hermanos descubridores.
¿Cómo es el Dolmen de Viera? Puede clasificarse como sepulcro corredor, es decir, se conforma por un largo pasillo de 21 metros de longitud, 185 cm de altura y 120 cm de ancho, segmentado en dos tramos. Al final de dicho pasillo cuenta con una cámara de planta cuadrada de 210 cm de altura y 180 cm de ancho, a la cual tenemos acceso mediante una puerta perforada en la losa; aquí eran depositados los cadáveres y sus ajuares. Se compone de grandes piedras u ortostatos, cortadas y pulidas con gran perfección, procedentes de una cantera situada a unos 500 m de distancia situada en el actual barrio antequerano de Los Remedios. La altura del sepulcro es de poco más de dos metros, cubriéndose por un túmulo de 50 metros de diámetro y 4 m de altura.
También tienen gran interés las muestras de arte megalítico que presenta el Dolmen de Viera. Así, algunos ortostatos del tramo norte exterior del corredor aparecen decorados por oquedades o cazoletas típicas del también llamado arte esquemático, decoración que se complementa con pintura rojiza, conservada en los espacios más interiores.
En el sepulcro de Viera se recuperaron algunos objetos que formaron parte de los ajuares allí depositados. Concretamente, se descubrieron un cuenco de cerámica, un vaso de piedra, un punzón de cobre, varias hojas y pequeñas herramientas realizadas en sílex -taladros y raspadores- y varias hachas en piedra pulimentada.
Estamos, en definitiva, ante un prototipo de sepulcro de corredor vinculado a la tradición atlántica, construido con ortostatos y cobijas, decorado con motivos esquemáticos y, además, orientado hacia el amanecer del sol en los equinoccios. Respecto a esto último, el dolmen se orienta a levante, ligeramente hacia el sureste, con acimut de 96º, por lo que sigue los patrones estándar europeos. Esto posibilita que, como dijimos al principio, en los amaneceres de los equinoccios de primavera y otoño los rayos del sol inunden su cámara sepulcral. Insistimos que realizaremos un post sobre las relaciones visuales existentes entre los dólmenes de Viera, Menga y Romeral, y de cada uno de ellos con sus referentes astronómicos o topográficos, todo ello basándonos en los estudios llevados a cabo por el arqueoastrónomo Michael Hoskin.
NOTA. Cerramos esta publicación con la noticia del descubrimiento de un cuarto dolmen del complejo megalítico de Antequera, situado en la Peña de los Enamorados. Cuelgo tres enlaces:
- NATIONAL GEOGRAPHIC. Título: «Descubren huesos humanos en un nuevo dolmen milenario en Antequera»
- DIARIO SUR. Título: «Un estudio sitúa la Peña de los Enamorados como el primer santuario de Andalucía»
- UNIVERSIDAD DE SEVILLA. Título: «Descubren un nuevo monumento megalítico en Antequera»
Por último, también cuelgo la WEB OFICIAL Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera.
Domen de Viera. Fotografía de la Web Andalucía Turismo