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Paisajes del viento: acebuches azotados por el Levante cerca de Facinas (Tarifa, Cádiz)

En el mes de febrero de 2002 este que escribe se encontraba en el municipio de Tarifa con la intención de estudiar el viento de Levante y abordar con ello su Tesis Doctoral en Geografía Física, quedando el doctorando impactado fuertemente por aquel paisaje del viento marcado por árboles retorcidos, abanderados, deformados por este agente meteorológico. La belleza de venerables y enormes alcornoques –Quercus suber– adaptados a las condiciones climáticas del Estrecho de Gibraltar fue tratada de manera científica al utilizar la deformación de la vegetación como bioindicador para inferir argumentos sobre el viento.

Se utilizaron así las observaciones relativas a los abanderamientos arbóreos para estudiar y caracterizar el Levante. Este tipo de indicadores ya fueron analizados a finales del siglo XX en un gran número de trabajos y la relación causa-efecto entre viento dominante y la deformación de los árboles ya fue demostrada experimentalmente en la década de los años 60 del pasado siglo. Es decir, se puede estimar y cartografiar el grado de abanderamiento en un espacio geográfico para, posteriormente, estudiar el comportamiento del viento en el mismo; concretamente se puede inferir la distribución espacial e intensidad relativa de los vientos dominantes en los primeros metros de la atmósfera.

Para realizar el trabajo de campo pertinente, se visitó en la primavera y el verano de 2002 buena parte de la provincia de Cádiz, especialmente los municipios de Cádiz, San Fernando, Puerto Real, Jerez de la Frontera., Paterna de Rivera, Vejer de La Frontera, Conil de la Frontera, Barbate, Medina Sidonia, Algeciras, Castellar de la Frontera, San Roque, La Línea, Los Barrios, Benalup-Casas Viejas y Tarifa, con la intención de estimar los posibles bioindicadores del viento de Levante.

Se detectaron y enumeraron especies relevantes por su directa relación con las distintas intensidades del viento y su representatividad. Se seleccionaron especialmente el citado Quercus suber (alcornoque) y, también, Olea europaea var. silvestrys (acebuche); el estudio se completó con Eucaliptus camaldunensis (eucalipto), Pinus pinea (pino piñonero) y Pinus halepensis (pino carrasco), especies analizadas en el caso de la ausencia de las anteriores.

En relación con los acebuches, muchas comarcas y parajes resultaron paisajísticamente muy sugerentes, especialmente los llanos cercanos a Facinas, localidad perteneciente al municipio de Tarifa, un paraje que los lugareños llaman «El Látigo» por la fuerza con la que sopla el Levante. Se trata de unos llanos desolados, imposibles para la agricultura, situados a sotavento de las sierras colindantes, y, sobre todo, salpicados allí y allá por acebuches adaptados a los rigores de aquel clima extremo. Lo que pueden ver en esta foto de 2002 es un joven ejemplar de acebuche; hoy, si sigue con vida, será más anciano, pero seguirá vivo gracias a su estoica resistencia y adaptación al rigor del dios Eolo.

Acebuches torturados por el Levante en una zona cercana al núcleo de Facinas conocida popularmente como «El Látigo».

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