Cuando entramos en la Catedral de Sevilla por la famosa Puerta del Lagarto nos sorprende a nuestra izquierda la existencia de un pequeño espacio protegido por rejas de 1717; hablamos, naturalmente, de la Capilla del Pilar o de los Pinelo. Tuvo su origen en los caballeros aragoneses que participaron en la Conquista de Sevilla a las órdenes de Fernando III en fecha por todos conocida, 1248, los cuales adquirieron para sus enterramientos este espacio en la anterior catedral-mezquita sevillana.
Desde principios del siglo XVI, ya con trazas góticas, la capilla estuvo patrocinada por Francisco Pinelli, genovés residente en Sevilla desde 1476 y promotor de la construcción de un palacio en la calle Abades conocido hoy como Casa de los Pinelo. Su hijo Pedro Pinelo fue hombre insigne del primer Renacimiento sevillano, un canónigo que al igual que el resto del linaje fue inhumado en la cripta de esta capilla.
La Virgen del Pilar es la joya de este ámbito. Patrocinada seguramente por los Pinelo en 1500, sustituyó a la vieja imagen que presidía esta capilla fundada por los aragoneses. La obra es de factura gótica, está realizada en barro cocido policromado y, aunque presenta una iconografía singular alejada de la Virgen que se venera en Zaragoza, aparece apoyada en un pilar. Su autor es Pedro Millán, seguidor del estilo de Lorenzo Mercadante de Bretaña, este último uno de los maestros cumbre de la Catedral de Sevilla, presentando rasgos típicos de la tradición franco-flamenca: elegancia nórdica en los pliegues de los ropajes, naturalismo gotizante y máxima ternura en la expresión de la Virgen, en este caso con dulce tristeza en el rostro correspondiente a la llamada «Melancolía de la Pasión». El Niño sostiene el globo terráqueo y bendice con la diestra, encontrándose apoyado tiernamente por la mano de la Virgen.
En definitiva, una joya escondida que el turista pocas veces contempla en el templo hispalense. Vayan una y otra vez a la Catedral de Sevilla. Esconde múltiples sorpresas. Y es un museo de arte descomunal. Para los nacidos o residentes en la provincia de Sevilla (=Diócesis de Sevilla) es gratis. No hay excusas.