fbpx

La Semana Santa de Sevilla en el Armory Show de Nueva York (1913)

Cuando el arte académico norteamericano comenzó a dar síntomas de agotamiento en la década de 1910, los creadores más inquietos de Estados Unidos comenzaron a mirar a las vanguardias europeas de principios del siglo XX. En ese contexto, se celebró en la ciudad de Nueva York un evento artístico de gran impacto conocido como Armory Show, que refiere a la International Exhibition of Modern Art (Exposición Internacional de Arte Moderno). Tuvo lugar entre el 17 de febrero y el 15 de marzo de 1913, siendo su objetivo el que las principales creaciones vanguardistas pudieran contemplarse en la ciudad de los rascacielos. Contó con 1.250 obras entre pintura, escultura y objetos de decoración, provocando un giro radical del arte norteamericano hacia caminos más innovadores y modernos. Un tercio de los trabajos procedían del Viejo Continente, mostrándose obras tanto impresionistas como simbolistas, además de postimpresionistas, fauvistas, cubistas y otras pertenecientes a diversos movimientos de principios del siglo XX.

Uno de los creadores que participaron fue Francis Picabia (París, 1879-1953), representante clave de las vanguardias históricas y vinculado, entre otros movimientos, al Cubismo y el Dadaísmo, este último considerado como el más transgresor de todos. Al periodo más cubista se adscribe su obra La procesión en Sevilla, expuesta en su momento en el Armory Show de Nueva York y hoy en una colección particular. El artista conoció la capital andaluza en 1902, pero fue su viaje de novios a esta ciudad en 1909 lo que constituyó su fuente de inspiración. Lo vivido en la primavera de aquel año se tradujo en una obra en la que se palpa una total correspondencia entre la geometría cubista de colores, ritmos, formas y sonidos, por un lado, y las experiencias emocionales y sensoriales vividas por el artista francés en el abril sevillano.

La Semana Santa de Sevilla, retratada generalmente desde la mirada más costumbrista y romántica, tiene en esta obra un necesario contrapunto. La mirada vanguardista se expresa a través del lenguaje cubista, la abstracción y un incipiente futurismo que hace del movimiento un elemento clave en esta composición. El color, la luz, los sonidos y el dinamismo que se respira y siente cuando se contempla una cofradía sevillana en la calle, debieron causar honda impresión en Picabia. Esta obra constituye todo un referente para aquellos que nos sentimos amantes de la Semana Santa artística más diversa.

Francis Picabia, La procesión en Sevilla, 1912. Óleo sobre lienzo, 120 x 120 cms. Colección particular.

Ir arriba

¿Todavía no estás en mi grupo de WhatsApp? Apúntate GRATIS y recibe información cultural de noticias y actividades.