La Arqueología es entendida o percibida por muchos como una disciplina a veces algo fría y excesivamente técnica, solo asequible para iniciados en la materia. Sin embargo, el problema reside en que en muchas ocasiones se abusa de tecnicismos y no se sabe transmitir la emoción del lugar, la belleza del paso del tiempo o la relación de un yacimiento con el paisaje y los hombres que habitan y habitaron un territorio o marco de vida.
Les traigo una historia emocionante. La de un hombre romano de mediana edad enterrado hace casi 2.000 años en una de las tumbas de la necrópolis perteneciente al yacimiento arqueológico utrerano del Olivar Alto. En esta morada última los familiares dejaron una máscara, de rostro triste, como señal y recuerdo de lo que fue probablemente un actor querido ¿Quién sería? ¿Cómo se llamaría? ¿Por qué sus familiares dejaron esa máscara como señal del viaje al Más Allá? ¿Necesitamos perpetuar a un ser amado en la memoria de los vivos? ¿Deseamos siempre recordarlo tal como fue en vida más allá de la muerte?
En 2019 hizo 40 años de este hallazgo sorprendente. La máscara está depositada en el Museo Arqueológico de Sevilla, actualmente cerrado por reformas y hasta nuevo aviso. Por otro lado, cuelgo la emotiva noticia del ABC Sevilla.
Máscara datada en el siglo I d. C. y encontrada en una tumba de la necrópolis de Olivar Alto (Utrera, Sevilla)