Frontera entre dos continentes y límite durante varios siglos del Mundo Antiguo frente al desconocido y temido Atlántico, el Estrecho de Gibraltar constituye un enclave geoestratégico de primer orden recorrido por numerosos viajeros desde la Antigüedad. De la lectura de la literatura de viajes, especialmente prolífica desde que Gibraltar en 1704 se convierte en puerto británico y puerta de entrada en la península Ibérica para los viajeros ilustrados, se obtienen imágenes de un territorio en el que las construcciones castrenses y las diversas huellas del viento constituyen los rasgos más sobresalientes de un paisaje singular situado en el extremo sur del continente europeo.
Este texto es el resumen que sintetiza un artículo de César López Gómez escrito para la revista Cuadernos Geográficos, editada por la Universidad de Granada. El objetivo de dicho artículo es doble: por un lado, mostrar cómo el Estrecho de Gibraltar ha sido siempre un ámbito geográfico recorrido en su parte europea por un gran número de viajeros y cuyo paisaje se encuentra, por tanto, altamente connotado desde la literatura de viajes. Y, por otro lado, identificar y describir a partir de dichos textos literarios los principales rasgos del carácter de un paisaje singular situado entre África y Europa, entre el Mediterráneo y el Atlántico.
Artículo de César López Gómez en la revista Cuadernos Geográficos (Universidad de Granada).