Hay por Sevilla un jirón de niebla que el sol
más claro no acierta a disipar. Se va de un lado
a otro, pero nunca se quita; algo así como esas
estrellas que ven ante sí los ojos confusos. Es
Bécquer. ¿Es Bécquer? ¡Es Bécquer!
Juan Ramón Jiménez
La primavera es una estación del año ideal para conocer la Sevilla de Bécquer. Por todo ello, para estos meses próximos -no hay fecha concreta aún- se han diseñado tres rutas que tienen al poeta sevillano como eje, concretamente un itinerario de carácter urbano por el barrio que le vio nacer, una visita de corte romántico al Museo de Bellas Artes, donde se encuentra su mejor retrato, y un verde paseo por los jardines del Parque de María Luisa, donde pueden ver el famoso monumento a Bécquer. Cuelgo los enlaces para cada uno de estos paseos:
- Ruta por San Vicente y San Lorenzo: Paseo Slow por la Sevilla de Bécquer. Paseo urbano para conocer el origen geográfico y la singular trama urbana de estas dos collaciones por las que deambuló Gustavo Adolfo.
- Visita romántica al Museo de Bellas Artes de Sevilla. Se realizará un viaje al siglo XIX y principios del XX para conocer la pintura romántica y costumbrista, el espíritu preciosista y realista, al margen de las tendencias luministas y modernistas.
- Paseo botánico y literario por el Parque de María Luisa. Se trata de una ruta donde convergen botánica, historia, arquitectura y diseño, y, por supuesto, literatura.
Todo depende, como ustedes saben, de la situación de la pandemia tras el previsiblemente difícil mes de febrero, en el que estaremos «en pausa». Seguiremos informando de esta distopía.
El paseo urbano por los barrios de San Vicente y San Lorenzo es una de las rutas propuestas para la primavera de 2021
NOTA. Cartel inspirado en el retrato realizado por Valeriano Bécquer de su hermano Gustavo Adolfo, en el que se revela no sólo el aspecto físico del mismo, sino también los rasgos de su personalidad, y que hoy puede contemplarse en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Aparece el personaje girado tres cuartos a la derecha, mirando fijamente al espectador. Con el cabello largo y rizado, ataviado con una bufanda marrón sobre una capa negra bajo la que aparece un cuello blanco que resalta sobre el fondo, y la expresividad de su rostro que parece transmitir todos aquellos valores del Romanticismo: melancolía, pasión, ímpetu, exaltación, idealización, vehemencia etc. Técnicamente destaca la armonía entre el dibujo y el color sin prepotencias de uno sobre otro. Fuente: MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTES